Francisco Sanz Baldoví

[3]​ Los deseos de desarrollar sus aptitudes artísticas y sus circunstancias vitales le llevaron a Valencia, logrando que Antonio Díaz, empresario en aquella época del Teatro Ruzafa, le admitiese como tenor cómico y monologuista.

A finales de 1901 empezó sus ensayos como ventrílocuo y encargó al escultor Francisco Boví (Valencia, 1877–Zaragoza, 1947) que le hiciera nuevos muñecos.

Debutó en Gandía (Valencia) en 1902, presentando ocho autómatas que cantaban y hablaban.

De este modo aumentó el número de muñecos con la ayuda del escultor Francisco Boví y del mecánico Lorenzo Mataix, que le permitieron ampliar la gama de muñecos y autómatas a escala humana con gran perfección en sus articulaciones, a los que hacía hablar con voz diferente.

[5]​ Este éxito le da una gran popularidad que le llevaron a realizar giras por toda España, y llegar a ser invitado en 1911 para actuar en Madrid en el Palacio Real ante el rey Alfonso XIII y su familia, en un festival benéfico que tuvo lugar el 17 de junio, al que intervino también Jacinto Benavente, entre otras personalidades.

Después de esta etapa, entró a formar parte del Circo Alegría, donde obtuvo sonados éxitos y que sobre todo, le ayudó a extender y a popularizar su espectáculo por toda España: Murcia, Cartagena, Valladolid, Burgos, Vitoria, Pamplona, Bilbao, Zaragoza y Barcelona, fueron alguno de los escenarios que disfrutaron del arte de Sanz.

Luis García Berlanga, rescató de su baúl Don Liborio para el filme París-Tombuctú (1999)[5]​

Frey Volt, una de las creaciones de Sanz