Francisco Tadeo Diez de Medina y Tarazona (La Paz, 1716 - La Paz 1767) fue un militar criollo y autoridad colonial a mediados del siglo XVIII en el Virreinato del Perú.
Su padre, Pedro Isidro ingresó al ejército donde llegó a ocupar el cargo de Sargento mayor y también fue alcalde ordinario en 1737.
Al administrar sus diversas propiedades se comunicaba en lenguaje nativo con su servidumbre indígena, ya sea quechua o aimara, uno de sus más cercanos fue el amauta Huanca que servía en la hacienda de Dorado Grande en la región de Yungas, Francisco Tadeo lo mencionaba como su consejero y confidente.
Al dejar una importante fortuna en bienes y dinero, la viuda María Francisca y su hijo José Antonio se encargaron de administrar los bienes del difunto Francisco Tadeo.
Continuó con su labor viendo por el porvenir de sus hijos hasta que falleció en 1791, en su testamento dejó 200 pesos para una sirvienta indígena de nombre Catalina Orcoma, algo inusual para la época.