En los años 50, Friedrich Goldmann hizo sus primeras armas en la composición siendo miembro del Dresdner Kreuzchor (1951-1959).
Al mismo tiempo trabajó en el Berliner Ensemble donde conoció a, entre otros, Heiner Müller, Ruth Berghaus y Luigi Nono.
Sin embargo, sus programas se caracterizaban por el encuentro de obras contemporáneas y clásicas así que modernas.
A partir de los años 70 fue invitado como director de orquesta también a nivel internacional en Europa del Oeste y Este, Rusia, los Estados Unidos, Japón y Corea del Sur.
Desde su fundación una estrecha colaboración le unía con el Ensemble Modern y la Gruppe Neue Musik Hanns Eisler en particular (se presentó con ellos en Donaueschingen y el Otoño de Varsovia).
En 1991 fue nombrado Profesor de composición en la Universität der Künste Berlin.
Entre sus alumnos figuran Enno Poppe, Helmut Oehring, Arnulf Herrmann, Sergej Newski, Steffen Schleiermacher, Jakob Ullmann, Charlotte Seither, Nicolaus Richter de Vroe, H. Johannes Wallmann, Paul Frick y otros.
Primeras ejecuciones póstumas tuvieron lugar con De profundis (1975), Konzertstück (2004 – 2006) y la obra breve para ensemble Postscriptum (1983).
La obra oficial empieza aproximadamente en 1953 y se desarrolla hasta los principios de los años 1970 en músicas escénicas, varias obras de cámara y “ensayos” para orquesta.
Al principio se concentró esencialmente en las técnicas del serialismo y de los clusters.
Los fenómenos sonoros así descritos también están sometidos a reinterpretación.