Galletas de avena

Existió una pugna entre ingleses y escoceses por el consumo de este cereal: según un texto del escritor inglés Samuel Johnson, la avena era «un grano que en Inglaterra es dado a los caballos, pero que en Escocia sirve de apoyo a su gente», a lo que los escoceses respondieron que «Inglaterra es reconocida por sus excelentes caballos, mientras que Escocia por la excelencia de sus hombres».

[1]​ Esta anécdota es también utilizada para entender que en ciertas épocas y regiones del mundo, la avena era un alimento utilizado como forraje para animales de pastoreo y no para consumo humano.

Asimismo, en un comienzo, los horneados de avena, por su alto contenido en fibra alimentaria, eran consumidos por campesinos y trabajadores de la clase obrera.

[2]​ Una vez que se comenzaron a popularizar las versiones de masas con avena endulzadas con azúcar y en presentaciones de menores dimensiones que un pan o una torta, como parte de una repostería más refinada, se extendió su consumo a todas las clases sociales de los países donde se originaron, siendo servidas en salones de té e incluso en otros espacios destinados a las élites.

[3]​En 1896, se publicó en Massachusetts el libro The Boston Cooking-School Cook Book, escrito por Fannie Merritt Farmer, que incluye la primera receta documentada de galletas de avena con pasas.

Galletas de avena con pasas.