La leyenda, menos prosaica que la ciencia, nos dice que las Rías Bajas se formaron cuando Dios, en el séptimo día tras la Creación, se sentó a descansar y a disfrutar de su obra en el lugar más bonito apoyando su mano de modo que los dedos dieron origen a las cinco rías entre Corcubión (dedo pulgar) y Vigo (dedo meñique).
A Galicia también le pertenecen multitud de islas más pequeñas e islotes.
Se calcula que en la costa de Galicia hay 316 archipiélagos, islotes y peñascos.
Galicia es recorrida de norte a sureste por dos fallas tectónicas, partiendo las características del suelo gallego por dichos lugares.
En general, y debido a su pequeñez, salvo el Miño en su desembocadura o en los muchos embalses, no son navegables (excepción hecha para pequeñas barcas en el tramo final sin pendiente de algunos, que propicia la celebración de fiestas semi-acuáticas como las llamadas "zaleas").
Son ríos muy largos en la vertiente cantábrica y algo más largos en la atlántica, con las excepciones nuevamente del Miño y el Sil que tienen una longitud de varios cientos de kilómetros.