Geras (mitología)

Algunas vasijas del siglo V a. C. muestran una escena de Geras con Heracles.

Al perderse el relato que pretendían plasmar se ha interpretado como una alegoría de la victoria del héroe sobre la vejez (Heracles murió joven) en las vasijas en las que se le pintaba manifiestamente superior a Geras e incluso asiéndole de los cabellos; o como un intento del héroe de conocer qué era hacerse viejo (en una vasija en la que ambos aparecen hablando en posición de igualdad).

Este poder de Geras sobre los mortales influyó en sus relaciones amorosas con dioses, como la de Afrodita, que no se permitió amar a Eneas más de una noche, o Marpesa, que rechazó a Apolo para que no le abandonase cuando llegara a vieja.

Los dioses respetaban a Geras, pues querían recibir sus honores y valoraban la experiencia que aportaba la vejez, por eso le permitían morar en el Olimpo.

Geras tenía un templo en Atenas y un altar en Cádiz, donde la profunda religiosidad de sus habitantes les hacía rendir culto incluso a la muerte.

Geras, detalle de vasija ateniense, 480 a. C.–470 a. C. aprox , Museo del Louvre .