Giovanni Pascoli

Su poesía está caracterizada por una métrica formal en endecasílabos, sonetos y tercetos encadenados de gran simplicidad.

A este clasicismo de la forma externa hay que unir el gusto por las lecturas científicas, a las cuales se debe su afición por los temas cósmicos y la precisión del léxico botánico y zoológico utilizado.

(G. Pascoli - de "El muchachillo" (Il fanciullino)) Hay pocos escritores a los que, como a Pascoli, las vivencias de su primera juventud les hayan determinado tanto el desarrollo creativo en su madurez.

La familia comienza entonces a perder su nivel económico, sufriendo además una impresionante serie de nuevos lutos que la disgregan: obligados a abandonar la finca, el año siguiente morían su madre y su hermana Margherita; en 1871 su hermano Luigi y en 1876 el hermano mayor, Giacomo, el cual había intentado reconstruir la unidad familiar.

Seguramente la fantasía de Pascoli comenzaba ya a elaborar, en su mundo interior, todas las impresiones ambientales y sentimentales que la tragedia familiar había descargado sobre él.

Y es en este momento donde la crítica histórica registra lo que se ha conocido como la regresión infantil de Pascoli.

Sobre la ambigua y atormentada relación con sus hermanas (ese mundo familiar que bien pronto conformaría todo su mundo poético) el poeta Mario Luzi ha escrito con extrema claridad: De hecho se encuentra en los tres que la desgracia ha dividido y luego reunido una especie de fantasías y mistificaciones infantiles, en las cuales Ida sólo es cómplice en parte.

En la práctica Pascoli defiende el nido con sacrificio, pero también lo opone voluntariosamente a todo lo demás: no es sólo su cura sino también su medida del mundo.

Discípulo del Carducci, Pascoli vivió en el restringido círculo creado en torno al gran poeta los años más excitantes de su vida.

Era una posición positivista romántica que tendía a ver en la naturaleza los aspectos pre-conscientes del mundo humano.

Coherentemente con estos intereses le llegó también el interés por la llamada «filosofía del inconsciente» del alemán Eduard von Hartmann, la obra que inició la línea interpretativa de la psicología en sentido anti-mecanicista que condujo al psicoanálisis freudiano.

Hacia los años 80 se comenzó, en cambio, a analizar de modo más realista y científico la psicología de la infancia, desplazando la atención hacia el niño como individuo en sí, caracterizado por una propia realidad referencial.

Todo esto nos sirve para reconducir, naturalmente, la teoría pascoliana de la poesía como intuición pura e ingenua, expresada en la «poética del muchachito» (Il Fanciullino), como el reflejo de un vasto ambiente cultural europeo perfectamente maduro para acoger su propuesta poética.

En 1895 se muda junto con su hermana Mariù a la casa de Castelvecchio Pascoli, la cual convierte en su residencia habitual.

En 1899 escribió al pintor De Witt: «En el mundo no hay sino mucho dolor y misterio; pero en la vida simple y familiar y en la contemplación de la naturaleza, especialmente en la campiña, encontramos un gran consuelo, el cual no basta sin embargo para liberarnos de nuestro inmutable destino».

En este “recinto” poético trabajó con un extraordinario empeño creativo, construyendo toda una serie de versos y formas que no se habían visto, con tal complejidad y variedad, desde los tiempos de Gabriello Chiabrera.

Crezcan y florezcan en torno a la antigua tumba de mi joven madre estas myricae (digamos cestos o frazadas) otoñales.

Llevaban por lema, levemente modificado, este verso de dicha égloga: «arbusta iuvant humilesque myricae».

Retrato de Maria Pascoli en el jardín su casa en Castelvecchio, 1943.