Les volvió, por el contrario, vulnerables al islam, cuyos ejércitos invadieron su territorio algunos años después de concluir la larga contienda.
[7][8][9] Para acumular reservas, Mauricio aplicó una serie de estrictas medidas fiscales y redujo las soldadas, lo que originó cuatro motines en el Ejército.
[24] Casi al mismo tiempo, estallaron otras rebeliones en Siria y Palaestina Prima, como consecuencia de la encabezada por Heraclio.
[38] Los persas aprovecharon la guerra civil bizantina para adueñarse de ciertas ciudades fronterizas en Armenia y la Alta Mesopotamia.
[41][43] En el 608, los persas acometieron una incursión por Anatolia que los llevó hasta Calcedonia,[18] ciudad ubicada frente a Constantinopla, en la orilla opuesta del Bósforo.
[nota 3] Heraclio, no obstante, soslayó la tradición y marchó a participar en el cerco de Cesarea.
Luego obtuvo una modesta victoria cerca de Emesa, en una batalla en la que los dos bandos sufrieron copiosas bajas —entre ambos, hubo veinte mil muertos—.
[57] Las fuentes antiguas afirman que entre 57 000 y 66 500 personas fueron asesinadas tras la conquista; otras 35 000 fueron deportadas a Persia, entre ellas el patriarca Zacarías.
Aunque luego recibieron ayuda de Cosroes,[60] lo cierto es que tampoco se opusieron a los ejércitos bizantinos en el periodo 600-638, y muchos rechazaban la ocupación persa.
[64] La pérdida de Egipto fue un descalabro para los bizantinos ya que Constantinopla dependía del grano egipcio para alimentar a la población.
[71][72] Pese a ello, el ejército persa se retiró poco después, probablemente para participar en la conquista de Egipto.
[86] El emperador logró reunir miles de voluntarios, que fueron equipados merced al dinero aportado por la Iglesia.
[94] Los ávaros también corrieron Tracia, desbaratando el comercio y la agricultura incluso a las puertas de la capital del imperio.
[95] Otras ciudades menores del Adriático como Jadar (Zadar), Tragurium, Butua, Scodra y Lissus también se libraron de la invasión.
Sin preocuparse por asegurar la retaguardia o las comunicaciones por mar,[101] cruzó Armenia y Azerbaiyán para internarse en el corazón del imperio persa.
[102] Luego avanzó a lo largo del Araxes, destruyó Dvin, capital armenia en poder de los persas, y Najicheván.
Seguidamente, Heraclio destruyó el famoso templo del fuego de Tajt-e Soleimán, que era un importante santuario zoroástrico.
[104] El emperador invernó en Albania y dedicó la estación a aprestar sus fuerzas para la campaña del año siguiente.
El emperador, sin embargo, realizó un ataque nocturno por sorpresa al campamento persa en febrero del 625, y lo destruyó.
[114] El dominio del Bósforo, sin embargo, lo tenía la Armada bizantina, lo que impidió a los persas cruzarlo para colaborar con las acciones de los ávaros.
[129] Istämi había enviado una embajada a los bizantinos, presidida por el diplomático sogdiano Maniah, que llegó a Constantinopla en el 568 y entregó seda al emperador Justino II, al tiempo que le proponía una alianza contra la Persia sasánida.
Este no impuso duras condiciones a los persas, sabedor de que su propio Estado estaba agotado y convenía firmar la paz cuanto antes.
En zonas latinohablantes del imperio se le llamó el nuevo Escipión por sus seis años de victorias ininterrumpidas y por llevar al ejército romano allá donde ningún general lo había hecho antes; sin embargo, en el resto del imperio, de habla griega, se le comparó con Alejandro Magno y los generales griegos antiguos.
Si hubiese fallecido entonces, se le habría recordado como el mejor general romano desde tiempos de Julio César.
[nota 6][162] Con la hacienda imperial quebrada, el Gobierno bizantino tenía problemas para remunerar a los veteranos de las guerras persas y para reclutar nuevos soldados.
[170] La lanza era probablemente su principal arma y era tan recia que podía atravesar a dos hombres de un solo golpe.
[174] Estos caballeros portaban cota de malla, montaban caballos protegidos con lorigas y blandían principalmente lanzas.
[176] La infantería ligera o psiloi, por el contrario, solía cubrirse con una cota de cuero y portaba arcos.
[182] En esta campaña, los víveres para las tropas se obtuvieron de las propias tierras persas que atravesaba el ejército.
Al igual que otros grupos nómadas, contaban en sus filas con guerreros de otras naciones, como los gépidos y los eslavos.