[6] Más recientemente, se ha encontrado evidencia adicional que respalda la hipótesis del origen africano.
E1b1b1 se desarrolla en el norte de África o Asia Occidental, mostrando una relación parcial con las lenguas afroasiáticas, por lo que su presencia fuera de África podría estar relacionada al Neolítico y por la interacción histórica del antiguo Egipto con otras culturas del Mediterráneo.
[14] En el África subsahariana hay mayores frecuencias, encontrándose en Nigeria 100%,[15] Burkina Faso 99%,[16] en Guinea-Bisáu 97%,[17] Ghana 96%,[18] Senegal 96%,[19] Gambia 91%,[15] Ruanda 89%,[20] Somalia 83%[21] y Etiopía 49%.
El haplogrupo E1a (M132), antes E1 (M33) está muy extendido en África occidental, especialmente en Malí con 34 %;[26] también en Burkina Faso, norte de Camerún, Senegal y Gambia.
[50] En el África Oriental destacan los pueblos cushitas como los somalíes, los oromos (Etiopía) con 63%, los beja (Sudán) 52%[19] y los iraqw (Tanzania) con 56%.
[18] Entre los pueblos nilo-saharianos se encontró que predomina entre los masalit (Chad) con 72%, los fur (Sudán) 59%[19] y los masái (especialmente en Kenia) 50%.
[18] Fuera de África destacan los albaneses con 35%,[51] los griegos con 24%[52] y en general en los pueblos semitas, como por ejemplo los árabes jordanos con 31%.