En 1553, el moribundo Eduardo VI nombró como heredera a Lady Juana Grey, nuera de Northumberland.
Pese a su lealtad intachable para con la reina y el cardenal Pole, Hastings era un calvinista estricto, donando sumas considerables por cuestiones de fe.
[2] Entre los benefiaciados por la caridad de Huntingdon, se encontraba el clérigo Anthony Gilby.
[3] Fue leal a Eduardo VI, Jane y María I durante sus respectivos reinados.
Cuando María murió sin hijos y fue sucedida por su medio hermana Isabel I en 1558, la nueva reina también contó con los Hastings entre sus aliados.
Junto al segundo conde, Lord Hastings recibió a la reina en su primera reunión del parlamento.
Junto al título, asumió el cuidado de su madre viuda y sus diez hermanos.
Isabel, quién no olvidó el suceso por mucho que Henry insistiese en su lealtad, envió al conde a Lecicestershire.
Fue enterrado junto a su sobrino Francis, quién solo le sobrevivió tres días, en la Iglesia de St.