A los 16 años comenzó su aprendizaje militar junto a su tío Pedro Ruiz de Alarcón en las guerras contra los árabes que ocupaban la península ibérica.
Posteriormente tomó parte en la guerra de Granada.
Alarcón sería designado gobernador de Tarento, regresando a España tras el final de la guerra.
Al estallar la guerra de la Liga de Cambrai en 1508 volvió a Italia y luchó junto a Fabrizio Colonna, siendo herido y hecho prisionero en la batalla de Rávena.
En 1535 formó parte de la expedición militar que participó en la Jornada de Túnez, en la que las fuerzas imperiales de Carlos I atacaron y tomaron la ciudad, defendida por Barbarroja.