Desde su adolescencia en el liceo Baralt demostró su sensibilidad por la poesía, en las clases impartidas por Eduardo Matthyas Lossada, quien le enseñó la técnica de la construcción del soneto.
Hastiado del medio, pronto decidió emprender una aventura con su amigo Otto Rincón: viajar por tierra a Chile, a través de Colombia, Ecuador y Perú, en distintos transportes y en las más diversas condiciones.
Regresó a Maracaibo, donde escribió Ciudad y Apocalipsis (1952) y emprendió de nuevo viaje hacia Colombia, donde en la casa de Juan Sánchez Peláez, escribió en una sola noche su célebre poema Silvia (1953).
En Maracaibo fundaría el grupo Apocalipsis en septiembre de 1955, conjuntamente con los jóvenes poetas: César David Rincón, Ignacio de La Cruz, Atilio Storey Richardson, Miyó Vestrini, Néstor Leal, Laurencio Sánchez Palomares y Régulo Villegas, así como los artistas visuales: Francisco Paco Hung, Rafael Ulacio Sandoval y Homero Montes, en el bar Piel Roja de Maracaibo.
Se trasladó a Alemania, donde estudió en la Universidad Alberto Magno de Colonia y adquirió nuevas experiencias.