Hidrotórax hepático

Cuando la afección no responde, se conoce como hidrotórax hepático refractario: el tratamiento incluye la inserción de una derivación portosistémica intrahepática transyugular (DPIT).

El pronóstico suele ser desfavorable, especialmente en los casos refractarios, debido a que la mayoría de las personas no son aptas para el trasplante.

La afección puede no causar síntomas y detectarse incidentalmente mediante exploraciones médicas, o puede causar grandes derrames pleurales que den lugar a síntomas respiratorios como tos, dificultad para respirar, bajo nivel de oxígeno en sangre e insuficiencia respiratoria.

[6]​ La mayoría de las personas presentan dificultad respiratoria progresiva y menor tolerancia al ejercicio.

En raras ocasiones, puede haber casos agudos que acumulen líquido rápidamente y provoquen un colapso circulatorio.

[4]​[2]​ La teoría más aceptada es que el líquido originado por la ascitis viaja a través de defectos en el diafragma hasta la cavidad pleural.

Al microscopio, parecen discontinuidades en los haces de colágeno que forman la parte tendinosa del diafragma.

[4]​ En el hidrotórax hepático, la presión creada por la ascitis y el adelgazamiento del diafragma causado por la desnutrición hacen que los defectos aumenten de tamaño.

[7]​ El líquido puede analizarse en busca de suero, proteínas, albúmina, lactato deshidrogenasa y recuento celular.

[4]​Puede haber un mayor contenido de proteínas y albúmina en el hidrotórax hepático debido a que la pleura absorbe el agua.

Además, el líquido del quilotórax es mucho más rico en triglicéridos y tiene un aspecto lechoso.

Otro diagnóstico diferencial más grave es el empiema bacteriano espontáneo, que conlleva una elevada tasa de mortalidad incluso con tratamiento.

[6]​ Para las personas con hidrotórax hepático refractario, el único tratamiento definitivo es un trasplante de hígado.

Otros indicadores son la aparición de un empiema y la insuficiencia del hígado sintético.

La toracocentesis, aunque suele ser segura, sólo proporciona un beneficio temporal, ya que el líquido tiende a regresar rápidamente.

[9]​En los casos con ascitis, realizar inicialmente una paracentesis para drenar el líquido ascítico puede ayudar a reducir la probabilidad de recurrencia.

[6]​ En los casos en los que el DPIT está contraindicado, otra opción de tratamiento es insertar un catéter pleural permanente (CIP).

[6]​Como último recurso, se puede utilizar la pleurodesis en personas sin ascitis; al irritar la pleura conjuntamente, puede reparar cualquier defecto en el diafragma.

Además, la cantidad de líquido pleural producido puede superar la pleurodesis, haciendo que fracase.

Gráfico que muestra los posibles mecanismos causales de la enfermedad
Gammagrafía peritoneal que muestra trazador en las cavidades pleural y abdominal, lo que sugiere una comunicación pleuroperitoneal compatible con hidrotórax hepático
Flujograma de tratamiento del hidrotórax hepático
Hidrotórax hepático tras tratamiento con pleurodesis
Imagen fluoroscópica de TIPS en curso