No obstante, de la época romana sólo se han encontrado varios hallazgos aislados.
En dicho documento aparece el nombre de la población con las formas "Mauseolo" y "Masleolo"; en documentos medievales posteriores la forma predominante será "Mesleo" hasta el siglo XII en que surge por primera vez como "Manleo" y "Manlevo".
Durante el s. XVIII, Manlleu vivió una etapa de prosperidad demográfica y económica.
Además, se formó el primer ensanche en la zona hoy conocida como Baix Vila.
Este hecho señala el precedente que desencadenó el gran desarrollo textil del s. XIX.
La creación del canal industrial permitió el surgimiento de fábricas situadas a su orilla como La Seda o Can Barola.
El crecimiento industrial propició un rápido incremento demográfico que hizo necesario un planeamiento urbanístico, llevado a cabo por J. Calvet en 1883 en el que se proyectaron los nuevos ensanches del Baix Vila y la construcción de la plaza de Fra Bernadí.
Los primeros años del s. XX se vieron condicionados por la crisis textil provocada por la pérdida de los últimos mercados coloniales (1898).
Sin embargo, la Primera Guerra Mundial, en la que España se mantuvo neutral, revitalizó la industria catalana y, por ende, la manlleuense.
A lo largo del siglo aparecieron y se consolidaron diversas asociaciones creadas por el proletariado para mejorar su situación social.
En 1914 se unieron varias cooperativas manlleuenses y formaron la Mútua de Pa i Queviures.
Con la liberalización económica, a partir de 1959 Manlleu experimentó un crecimiento en todos los ámbitos.
También se crearon instalaciones deportivas (pabellón, piscinas públicas y pistas de tenis).
En 2007 Pere Prat venció nuevamente en las elecciones municipales, esta vez por mayoría absoluta.
El siglo XXI ha visto un nuevo impulso de la actividad económica que ha conllevado un notable incremento demográfico debido a la inmigración procedente del extranjero (especialmente de Marruecos) junto a una acelerada expansión urbanística.