Se utilizó para defender al pueblo frente a una incursión carlista en el siglo XIX.
Está ubicado junto a la Iglesia Parroquial del siglo XVIII; es de planta rectangular con torres cilíndricas.
Se conservan del edificio original la Torre de Homenaje y parte del lienzo norte, resto de otras tres torres redondas en las esquinas y un cuerpo cuadrangular hasta media altura.
Si tenemos en cuenta el origen árabe del Castillo, podemos deducir que los musulmanes al asentarse en esta zona y fundar alrededor del castillo una población, adoptasen para ella y sus dominios el nombre de “Mascara” en recuerdo, honor o memoria de su pequeña patria argelina.
También los españoles en sus conquistas por el “Nuevo Mundo” hacían lo propio en las ciudades que fundaban como: Medellín, Guadalajara, Cáceres, Madrid, Toledo entre otras muchas.
Se inauguraba esa línea y nuestro pueblo quedaba comunicado con toda España a través del ferrocarril.
La luz eléctrica no llegó a Mascaraque hasta los años veinte del siglo pasado.
Obviamente no llegó ni el mismo día ni el mismo año a todos los hogares del pueblo, se fue contratando según las economías lo iban permitiendo, pero podría decirse que para 1928 casi todos los hogares de Mascaraque disponían de luz eléctrica en sus casas.
Los oficios más destacados en el mundo rural hasta esas fechas eran: Mayorales (encargados), Cuadreros (cuidar animales) y Gañanes (obreros de la casa).
Esta situación se mantuvo exactamente hasta el año 1952 fecha en la que entró el primer tractor a Mascaraque adquirido por Doña Araceli Vallano.