En 1897, los trabajadores judíos crearon el Bund («liga» o «unión»), una organización que posteriormente se hizo popular en Ucrania occidental, Bielorrusia, Lituania, y la Polonia rusa.
Los armenios, inspirados tanto por tradiciones revolucionarias rusas como por balcánicas, participaban en la política imperial y en la del vecino Imperio otomano.
En los años 1890, «educó» a radicales jóvenes alejándolos del populismo para instruirlos en el marxismo.
En el II Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia de 1903, obligó a los bundistas a separarse e indujo una escisión entre su fracción mayoritaria bolchevique y la minoritaria menchevique, que creía más en la espontaneidad del trabajador que en la táctica estrictamente organizada.
Los jóvenes bolcheviques, como Iósif Stalin y Nikolái Bujarin, tomaron partido por Lenin.
Al siguiente año, Serguéi Witte fundó en la capital francesa el Banco Ruso-chino.
En dos años, Rusia había adquirido en arriendo la Península de Liaodong y Port Arthur y había comenzado a construir una línea férrea de Harbin, en la Manchuria central, a Port Arthur, en la costa.
Los contingentes militares rusos se unieron otros de Europa, Japón, y Estados Unidos para restaurar el orden en China septentrional.
Los japoneses, con el respaldo de Gran Bretaña y los Estados Unidos, insistieron, empero, en que Rusia evacuase Manchuria.
Frente a la estrategia japonesa de obtener victorias rápidas para apoderarse de Manchuria, la rusa consistió en retardar el avance enemigo para dar tiempo a que llegasen refuerzos por el ferrocarril siberiano.
Durante los últimos años que precedieron a la Primera Guerra Mundial, prosiguió el desarrollo económico ruso.
Viviendo en ciudades, los trabajadores encontraron bienes materiales como ellos nunca habían visto antes en el pueblo.
El más importante, fue expuesto a nuevas ideas sobre la orden social y política.
[2] La guerra ruso-japonesa aceleró el surgimiento de movimientos políticos entre las nacionalidades principales y todas las clases sociales, incluso entre los rusos acaudalados.
En el mismo año, se unieron con finlandeses, polacos, georgianos, armenios, y miembros rusos del Partido Social-Revolucionario para formar una liga antiautocrática.
Las nuevas leyes fundamentales de 1906 (llamadas en ocasiones aunque erróneamente Constitución) establecieron una Duma estatal legislativa, similar a un Parlamento, aunque limitaron su autoridad en diversos aspectos, entre ellos respecto del control de los ministros, cuya actuación no dominaba y a los que no podía destituir.
Este golpe político tenía el resultado a corto plazo deseado de restaurar la orden.
En 1911 Stolipin fue asesinado mirando una ópera; según se afirma este fue por un agente doble que trabajaba para el Okhrana.
Los historiadores han discutido si Rusia tenía el potencial para desarrollar un gobierno constitucional entre 1905 y 1914.
Manipulando la licencia, el gobierno se volvía más conservador, pero menos representativo en la Duma.
Además, el régimen a veces evitaba al conservador Dumas y gobernó por decreto.
El malestar doméstico crecía mientras la política exterior del Imperio se hacía más aventurera.
La política del Extremo Oriente de Rusia estuvo por varios años abandonada, algo similar con Austria-Hungría se realizó entre 1897 y 1906.
Gran Bretaña bloqueó el gambito ruso bloqueando la revisión, pero Austria siguió con la anexión.
En 1912, Bulgaria, Serbia, Grecia, y Montenegro derrotaron al Imperio otomano con la Primera Guerra de los Balcanes, pero los supuestos aliados siguieron peleando entre sí.
La Austria-Hungría entregó un ultimátum a Serbia, creyendo que los términos eran demasiado humillantes para aceptar.
Aunque Serbia se rindiera al ultimátum, la Austria-Hungría declaró la respuesta insatisfactoria y recordó a su embajador.
En la fase inicial de la guerra, las ofensivas de Rusia en Prusia Oriental acabaron con bastantes tropas alemanas del frente occidental para permitir que los franceses, belgas, y británicos pararan el avance alemán.
Mientras tanto, los rusos repelieron una ofensiva austriaca y avanzaron en Galicia oriental, la región noreste del Imperio austrohúngaro.
Pero las inversiones militares y la incompetencia del gobierno pronto agriaron a la mayor parte de la población.