Historia del ateísmo

Dentro de las doctrinas astika (‘ortodoxas’) del hinduismo, tanto la escuela sankhia como la mimamsa no aceptan un dios creador.

Los orígenes de la escuela son más antiguos y se han perdido en la leyenda.

La escuela mimamsa responde a sus preguntas primarias sobre la naturaleza del dharma según una interpretación estrecha de los Vedas (textos del [[II milenio a. C.]]) Sus principios fundamentales eran el ritualismo (ortopraxis), el antiascetismo y antimisticismo.

La filosofía moderna considera que los elementos sobrenaturales de la tradición budista son añadidos posteriores.

Nakamoto Tominaga (1715-1746) concluyó que entre la vasta colección de escritura majaiana, sólo la parte del Agama-sutra pertenecía realmente a Buda.

La escuela filosófica materialista y antirreligiosa Chárvaka o Lokayata, se origina en la India con los Barjaspatia-sutra, escritos atribuidos a un Brijaspati ateo, que posiblemente es otro personaje distinto al mítico sabio Brijaspati, ya que Dhishan, el discípulo del Brihaspati ateo, considera a los autores de los textos védicos un grupo de estafadores[3]​ (cerca del siglo VI a. C., en la era precristiana), y es la escuela filosófica más explícitamente atea de la región.

La escuela creció a partir del escepticismo general existente en el período Mauria.

En la antigüedad clásica europea la religión era una creencia fundamental (el modo de vida quedaba determinado por la divinidad).

Poco después los atomistas Leucipo y Demócrito intentaron explicar el mundo de una forma totalmente materialista, sin hacer referencia a lo espiritual o lo místico.

El movimiento que agita los átomos, los agrega y disgrega, destruyendo o dando origen a otros cuerpos, es un movimiento que está regido por una ley ciega y sin ninguna finalidad, esta ley está en el interior de la materia y no procede de ninguna inteligencia ni divina ni humana que lo dirija.

Los cristianos en Roma también fueron considerados elementos subversivos para la religión del estado y se los persiguió como ateos.

El cargo de ateísmo era usado frecuentemente para atacar a los adversarios políticos o religiosos.

[19]​ Una figura notable fue el intelectual del siglo IX Ibn al-Rawandi que criticó la noción de profecía religiosa incluida la de Mahoma, y mantuvo que los dogmas religiosos no eran aceptables por la razón y debían ser rechazados.

En 1689 el noble polaco Kazimierz Łyszczyński, que escribió un tratado filosófico, De non existentia Dei, en la que cuestionaba la existencia divina, fue condenado a muerte en Varsovia por ateísmo, se le decapitó tras arrancarle la lengua con un hierro al rojo y quemarle las manos lentamente.

Este caso se hizo célebre porque Voltaire intentó sin éxito que la sentencia fuera revocada.

Antes de que pudiera defenderse del cargo fue asesinado aunque por motivos ajenos a la religión.

Por el mismo motivo la mayoría de sus obras fueron prohibidas y sólo pudieron ser publicadas tras su muerte.

D’Holbach fue una figura en los círculos sociales parisinos que organizaba una famosa tertulia donde acudían muchos intelectuales notables de la época, entre los que estaban Denis Diderot, Jean Jacques Rousseau, David Hume, Adam Smith, y Benjamin Franklin.

El panfleto titulado Respuesta a las cartas del Dr. Priestley para un no creyente filosófico (1782) es considerado la primera declaración publicada de ateísmo en Gran Bretaña, probablemente la primera en idioma inglés (sin contar las obras encubiertas y crípticamente ateas).

Este panfleto es considerado por los historiadores el primer ideario ateo publicado en lengua inglesa.

En sus obras iniciales Ludwig Wittgenstein intentó separar el lenguaje metafísico y sobrenatural del discurso racional.

Alfred Jules Ayer demostró la inverificabilidad y el sin sentido de las afirmaciones religiosas, reafirmando su adhesión a las ciencias empíricas.

J. N. Findlay y J. J. C. Smart argumentaron que la existencia de Dios no es una necesidad lógica.

[26]​[27]​ El siglo XX también vio la imposición política del ateísmo al triunfar los movimientos que se basaban en las tesis de Marx y Engels en muchos países, principalmente en el este de Europa, Asia y África.

En consecuencia las organizaciones religiosas, como la Iglesia católica, estuvieron entre los más acérrimos oponentes a los regímenes comunistas.

Aunque en otros casos como en la Albania de Enver Hoxha permanecieron igual, convirtiéndose en 1967, en el primer (y único) estado ateo oficialmente declarado.

[28]​ Hoxha fue más allá que los demás países e intentó prohibir la práctica religiosa por completo, fue sistemáticamente reprimida y perseguida.

En este contexto las palabras «under God» (‘bajo Dios’) se insertaron en el Juramento de Lealtad en 1954,[32]​ y el lema nacional se cambió de E Pluribus Unum a In God We Trust en 1956.

[33]​ Entre los autores de libros de este tipo están: Michel Onfray, Sam Harris, David Mills, Daniel Dennett, Ibn Warraq, Ayaan Hirsi Ali, Richard Dawkins, Christopher Hitchens, Victor J. Stenger y Anthony C. Grayling.

Actualmente entre los jóvenes de Estados Unidos el ateísmo ha alcanzado los niveles más altos registrados en toda la historia.

Símbolo ateo empleado por la asociación internacional Iniciativa Atea.
Sócrates.
Epicuro.
Palabra griega αθεοι [azeoi] (‘[aquellos] sin dios’) en la Carta a los efesios .
Paul Heinrich Dietrich, barón de Holbach.
Karl Marx.
Friedrich Nietzsche.
El círculo y la escuadra, otro símbolo ateísta de uso popular.