En la España de los siglos XVI y XVII existían protecciones sociales que hoy se consideran propias del Estado del Bienestar, si bien algunas se aplicaban solo excepcionalmente y no en general a toda la población.
Se establecen Casas de Caridad, en las cuales los pobres incapaces recibían atención, y Casas de Industria, en las cuales los pobres capaces podrían trabajar, y, finalmente, se establece que los "recalcitrantes" serán enviados a prisión.
La responsabilidad administrativa del sistema depende de las parroquias, unidad administrativa local en el Reino Unido hasta el presente, a las cuales se les da la obligación de cuidar a sus pobres.
Más adelante, (1875) Disraeli promovió leyes que permitían demostraciones pacíficas durante conflictos industriales (1875).
E. Dalberg, Lord Acton, dijo: "La forma más cierta por la cual podemos juzgar si un país es realmente libre es la medida de la seguridad gozada por sus habitantes.
La Confederación de Sindicatos Suecos (Landsorganisationen i Sverige, literalmente "Organización Nacional en Suecia", referida comúnmente como LO) fue fundada en 1898 con un estrecho lazo al partido socialdemócrata.
Esta ley se constituyó en la piedra base del sistema sueco de asistencia social por las próximas cuatro décadas.
(en ambos casos entendido como el tipo de capitalismo que no asume ideas y formas políticas liberales).
Lo anterior se concretó con la llegada al poder de Otto von Bismarck, quien combatirá el ascenso del Partido Socialdemócrata Alemán.
Sin embargo, tales desarrollos se basaron sobre una organización de “assistance” a los destituidos, que ya había alcanzado un crecimiento previo amplio.
Bajo la influencia del liberalismo y positivismo la “assistance” se organizó -con un rechazo generalizado a la acción estatal directa- a través de caridades (generalmente controladas por la iglesia)[14] que, aun siendo independientes del estado, se veían como complementando su tarea.
De acuerdo a Pierre Rosanvallon[17] se distinguen en esta época tres propuestas al respecto: el contrato social (entre empleadores y empleados), el mercado (sistema individual) y los seguros (sistema voluntario pero colectivo).
Posteriormente, el Musée promovió programas estatales de salud pública, desarrollo urbano y otras políticas, con una visión u objetivo pro-natalista -promover crecimiento demográfico- y de ayuda a las familias, que resultaron en subsidios para las familias numerosas (1913).
Algunos otros autores sugieren que es necesario complementar esa visión con atención al papel que la Iglesia católica ha tenido -no solo en Italia- en el desarrollo de esas percepciones, por ejemplo, en la promoción de valores familiares.
Los servicios de bienestar en general eran no solo corruptos sino abiertamente alocados sobre bases políticas.
Sin embargo, las presiones económicas y crecientes déficits significaron que tal sistema de derechos sociales universales nunca se implementó.
Sin embargo, es posible notar un movimiento hacia servicios incrementalmente mayores o más comprensivos.
Esta situación culmina en las crisis del Período de entreguerras Es generalmente considerado que el resumen que Offe hace de la situación es correcto: “El Estado de Bienestar ha sido el resultado combinado de diversos factores (…) El reformismo socialdemócrata, el socialismo cristiano, élites políticas y económicas conservadoras ilustradas, y grandes sindicatos industriales fueron las fuerzas más importantes que abogaron en su favor y otorgaron esquemas más y más amplios de seguro obligatorio, leyes sobre protección del trabajo, salario mínimo, expansión de servicios sanitarios y educativos y alojamientos estatalmente subvencionados, así como el reconocimiento de los sindicatos como representantes económicos y políticos legítimos del trabajo…"[26] Hay un acuerdo general en trazar el desarrollo del estado del bienestar moderno al periodo que sigue la Segunda Guerra Mundial.
En relación con el precedente creado por la intervención gubernamental durante la primera guerra se alega que aun cuando durante esa el Estado juega un papel mayor creando un precedente, en general, la fe en los mecanismos de los mercados libres para resolver los problemas permanecía intacta.
Así, y a pesar de que se había demostrado una gran capacidad ad hoc para dirigir la economía, los gobiernos de Europa Occidental y Estados Unidos volvieron a implementar políticas liberales después del armisticio.
Sin ambargo, las dictaduras que ya habían surgido sí demostraron ser capaces de resolver las crisis.
En consecuencia de todo lo anterior se generalizó, aunque no sin excepciones, durante la Segunda Guerra Mundial misma y con posterioridad a esta, la percepción que no era aceptable ni prudente una vuelta a las políticas económicas y sociales anteriores.
Es en ese contexto que las aserciones tanto de Keynes ( Sólo el Estado “está en condiciones de restablecer los equilibrios fundamentales", sea o no la intervención una medida aceptable en términos clásicos o en el largo plazo.)
Externamente su movimiento ha rendido un servicio al mundo entero .. (..)... Italia ha demostrado que hay maneras de luchar contra las fuerzas subversivas, maneras que pueden llevar las masas populares, propiamente dirigidas, a apreciar y defender el honor y la estabilidad de una sociedad civilizada.
Yo siempre contemplare este aspecto de mi disputa con Keynes como el error más grande de mi vida profesional, y “La Gran Depresión” , el libro que subsecuentemente escribí al menos parcialmente como una justificación a esa propuesta, como algo que, con buena voluntad, vería olvidado” -[38] Sin embargo, y como se ha mencionado, se había hecho común -en grandes sectores sociales- la percepción que tal posición no era ni aceptable ni posible (en el sentido de no ser estable social o económicamente en el largo plazo).
Así, la cuestión urgente -al menos para los sectores auto denominados progresistas- llegó a ser si era posible resolver la crisis dentro de formas y gobiernos democráticos.
Y porque el "bando democrático" no solo agrupó también algunos regímenes autoritarios, sino porque los países que se definían como democráticos no vacilaron en promover y utilizar medidas autoritarias en países otros que los propios.
Algunas autoridades -por ejemplo Johannes R. B. Rittershausen[45] - argumentan que tal convergencia se condujo bajo la propuesta general del keynesianismo.
Sin embargo la mayoría de los estudiantes del área sugieren hay una similitud básica entre estas visiones y aun otras, tales como las del "dirigisme" propuesto en Francia en ese periodo -por ejemplo: Agnes Labrousse y Jean-Daniel Weisz,[47] etc.
Lograr regulaciones adecuadas es tan importante como liberar los mercados; puede que un sector público eficiente cuente tanto como un sector privado eficiente, inversiones públicas en transporte, educación y salud, bien hechas, pueden pagar dividendos.