[1] Por entonces la planificación urbana era muy distinta a la actual, no existían las comunas como se conocen ahora, y la zona metropolitana conocida como Gran Concepción no estaba constituida, al estar los sectores que actualmente la conforman aislados y distantes entre sí.
A mediados del siglo XX se afianzaron las góndolas,[1] hasta que debido a la crisis nacional del transporte de 1957, la Empresa de Transportes Colectivos del Estado debió intervenir, proporcionando autobuses más modernos y numerosos, que ampliaron la conectividad de Concepción y sus ciudades aledañas.
[13][14] El mismo año entra en funcionamiento la aplicación para teléfonos móviles "RED Regional", el cual permite al pasajero saber la ubicación de la locomoción colectiva, primeramente de Tomé,[15] y luego se integró la del Gran Concepción.
Poco después se ampliaron las vías añadiendo dos recorridos: uno hacia el costoso sector de Agua de las Niñas, actualmente denominado Pedro de Valdivia, al cual se accedía bordeando el río Biobío,[19] y otro hacia Collao, hasta la Escuela Agrícola, donde actualmente se emplaza la Universidad del Bío-Bío.
[1] Por entonces existía una única vía con algunas bahías, que permitían a un carro detenerse mientras pasaba el siguiente en sentido contrario.
El trayecto inverso era idéntico, salvo porque en Rengo se bifurcaba hacia la calle Libertador Bernardo O'Higgins, doblando en la calle siguiente, Caupolicán, para acabar en la Plaza de la Independencia, frente a la Catedral.
[19] En total se inauguraron 15 kilómetros de vía entre Concepción y Talcahuano.
[19] Asimismo, existe una campaña en la capital para la recuperación de los carros que quedan desperdigados por el país.
Paulatinamente, las vías ocupadas anteriormente por los tranvías eléctricos comenzaron a ser transitados por las góndolas, que fueron cambiando el espacio urbano de la ciudad.
[22] Esta clara deficiencia en el servicio de transporte penquista se esperaba que fuese mitigada mediante ayuda gubernamental, proveída por la Empresa de Transportes Colectivos del Estado (ETC del E).
Esto provocó un fuerte descontento social, produciéndose masivas protestas tanto en Concepción como en Valparaíso, efectuadas indistintamente por militantes del Partido Conservador, sindicalistas y federaciones estudiantiles, entre otras personas.
Uno de los manifestantes que logró evitar ser atropellado fue Miguel Enríquez, quien una década después se convertiría en el Secretario General del MIR.
Semanas más tarde, la ETC del E se instaló finalmente en Concepción, implantando progresivamente buses nuevos y modernos, uniformes para los choferes de la locomoción colectiva, y disposiciones para favorecer el trato amable entre estos últimos y los pasajeros, así como para evitar la discriminación hacia los estudiantes.
Los empresarios privados, a su vez, se agruparon en Asociaciones Gremiales dando origen a nuevas líneas todavía existentes, tales como Concepción-Chiguayante (Buses Palomares, Línea 18) o Concepción-Talcahuano (Las Bahías, Línea 70).
[22] En 1961, además, los privados modernizaron los antiguos autobuses de la década anterior por los taxibuses.
[3] El nuevo régimen de Augusto Pinochet redujo al mínimo las trabas legales y comerciales impuestas originalmente por la Junta Reguladora del Tránsito, viéndose paulatinamente beneficiadas de ello las empresas privadas del rubro.
[3] Durante la década de 1980, el Estado abandona por completo su función administradora del transporte público.
También a partir de esta época, debido a las numerosas líneas que realizaban los mismos trayectos, ya no se pueden continuar llamando a las líneas de acuerdo con la antigua nomenclatura del tipo «origen-destino», surgiendo nuevos tales como Vía Láctea, San Remo, Ruta Las Playas, Gaviota Blanca, entre muchas otras.
Todo esto fue desarrollando un rico lenguaje a nivel de diseño gráfico en el transporte público, que influyó a su vez el espacio urbano de Concepción y sus comunas aledañas.
Asimismo, aumentaron los robos con violencia dentro de los taxibuses, resultando incluso ocasionalmente algunos choferes asesinados.
Si bien los problemas de saturación se mantuvieron, tampoco empeoraron, y la única línea realmente nueva de autobuses que apareció durante aquellos años fue Expresos Plaza del Mall, creada para facilitar el acceso de los pasajeros al Mall Plaza del Trébol, ubicado en Talcahuano.
No obstante, para resolver lo primero habría que esperar todavía hasta el nuevo milenio.
[25] Con la llegada del siglo XXI, las autoridades comienzan a plantearse la necesidad de un sistema de transporte integral para la zona metropolitana que por aquellos años empieza a conocerse bajo el nombre de Gran Concepción, que casi totaliza un millón de habitantes y que incluye algunas ciudades aledañas a Concepción, tales como Talcahuano y Penco, más varias comunas cercanas.
[26] Quedaron fuera de la licitación el transporte público desde Concepción hacia el sur (Coronel y Lota) y hacia el norte (Tomé), debido a que por entonces aún se consideraban comunas distantes de la capital regional.
[28] Esto último se logró gracias a la re-inauguración del Biotrén, el cual mediante dos líneas conecta a Concepción con las comunas de Hualpén, Talcahuano, Chiguayante, Hualqui y San Pedro de la Paz.
Adicionalmente, se instauraron los llamados Biobús, modernos autobuses más baratos que los autobuses licitados, y que sirven como acercamiento a los pasajeros desde las estaciones del Biotrén hacia el centro de la ciudad.
Esta nueva licitación incluirá por primera vez al transporte público hacia el norte del Gran Concepción (Tomé), al Biotrén, y por primera vez a los taxis colectivos.
Quedaría pendiente la integración a los autobuses hacia Coronel y Lota.
[32] Como primer paso, se crearía el Directorio del Transporte Público Penquista (equivalente local al DTP Metropolitano), que estará integrado por el intendente regional, cinco consejeros regionales y cuatro SEREMIs.
[37][38] En enero de 2017, se inaugura la estación El Parque, también en la línea 2, frente al cementerio Parque San Pedro, y al Centro Comercial Arauco Outlet San Pedro.