Sin embargo el proceso no pudo ser finalizado al ser requerida la presencia de submarinos tras ataques en Taiwán y Luzón por parte de aviones embarcados estadounidenses.
Tan solo se retiró el cañón de 140 mm.
El I-56 hace una inmersión de emergencia hasta los 140 metros y recibe un fuerte ataque con cargas de profundidad, sin consecuencias.
Tras emerger, se descubre una de las cargas modelo Mark 9, afortunadamente defectuosa, sobre la cubierta de popa.
Tras regresar a Kure el 4 de noviembre, se continúa con la conversión interrumpida el mes anterior, siendo privado de su hidroavión, el hangar que lo albergaba y la catapulta de lanzamiento, siendo equipado con al menos cuatro Kaiten y acceso para los mismos en inmersión.