La polémica de su caso, junto al de Samba Martine hizo que la existencia y las condiciones de los CIE ocupara un lugar más visible en el debate público en España.
Fueron puestos en libertad[5] y su custodia se concedió a la Fundación CEPAIM.
En 2018, se publicó un documental sobre este caso: Idrissa, crónica de una muerte cualquiera.
Durante los últimos años, diversas campañas ciudadanas promovieron el cambio de denominación a fin de que llevara el nombre del joven migrante guineano muerto el año 2012.
[…] El cambio de nombre ha sido reconocido y aprobado por todas las partes implicadas en el ámbito histórico, social y municipal y ya forma parte del nomenclátor actual de la ciudad.