El presbiterio y los dos primeros tramos de la nave, levantados en el siglo XVI, se cubren con bóvedas vaídas, mientras que los tres últimos tramos, añadidos ya en el último cuarto del siglo XVIII, lo hacen con bóveda de cañón con fajones.
Frente a ella, en el lado del evangelio, se dispone otra capilla cubierta por bóveda de cañón.
A los pies, adintelado sobre gruesos pilares de ladrillos, se sitúa el coro alto y bajo éste está la sillería del coro bajo que se cierra lateralmente con dos puertas de acceso a sendos pequeños espacios laterales.
La torre construida en sillería, se sitúa en el muro del Evangelio, y presenta dos cuerpos rematados con un chapitel piramidal.
Las dos portadas son de esquema adintelado, se flanquean por pilastras y presentan frontones en el remate.
Esta iglesia es fruto de varias etapas constructivas que se pueden diferenciar claramente según las distintas épocas.
El templo sufrió una importante transformación que alteró su estructura original, en época renacentista, entre los años 1556 al 1561, pasando de tener las tres naves a una única que ocupaba la extensión de las anteriores y quedó dividida en dos tramos, en una obra dirigida por el maestro Diego Sánchez.
[4] Es una escultura de madera policromada que representa a Cristo muerto, fijo en la Cruz mediante tres clavos.
Obra atribuida al escultor Pedro Millán, fechada en 1505, su estilo está dentro del gótico flamenco.
Aparece en un retablo bastante sencillo, cuya estructuras se distribuye en dos cuerpos, de tres calles cada uno, y un banco.
La escultura de la Inmaculada es una bella imagen que representa a la Virgen, casi una niña.
El rostro de la Virgen está inclinado hacia el lado derecho y dirige la mirada al suelo.
Las tres figuras están dotadas de una gran solemnidad, tanto por el gesto como por las miradas que presentan.