La Inmaculada Concepción es una talla de Juan Martínez Montañés realizada entre 1606 y 1608.
Diego Pérez Cabeza, oriundo de El Pedroso, fue un destacado conquistador y poblador del Nuevo Mundo; partió en 1561 rumbo a Perú, donde se desempeñó como menestral al servicio del virrey Nicolás López de Velasco.
La Inmaculada posee una melena con leves ondulaciones la cual cae sobre los hombros y perfila tanto el rostro como el cuello.
Los brazos están flexionados y las manos juntas en actitud orante, pudiéndose apreciar un ligero desplazamiento al lado izquierdo que a su vez contrasta con el movimiento de la cabeza, girada al lado contrario, lo que crea un efecto muy alejado del hieratismo patente en el estilo impuesto por Gregorio Fernández; esta diferencia se vería acentuada con La Cieguecita, obra maestra de Montañés que sentaría las bases para un nuevo concepto artístico el cual sería imitado por tallistas contemporáneos y posteriores.
Esta escultura, influenciada por Jerónimo Hernández[8] y Gaspar Núñez Delgado,[11] es una de las obras más destacadas de Montañés ya que constituye su primera Inmaculada,[12] en la cual se pueden apreciar casi todos los detalles que definen su estilo y que irían evolucionando con el paso del tiempo hasta culminar, veinte años después, con La Cieguecita, su obra más destacada dentro del género inmaculista así como dentro de su catálogo en general.