La iglesia fue construida, junto con el convento franciscano adyacente, por el padre Bernardo Caimi entre 1486 y 1493.
[2] A finales del siglo XV, el convento franciscano era mucho más grande que hoy.
A principios del siglo XX, los monjes abandonaron el convento y comenzaron las restauraciones.
Desde 1953, el complejo acoge a las monjas Suore Missionarie di Gesù Eterno Sacerdote.
Como es habitual en las iglesias franciscanas, la desnuda fachada no deja entrever la rica decoración al fresco del interior.
El pintor de Valsesia completó los frescos en 1513 (como está escrito en la pared por el propio autor "Gaudenzius Ferrarius Vallis Siccidae pinxit").