Se trata de un rotundo edificio construido entre 1697 y 1708 en estilo barroco clasicista.
Consta de nave única con amplias capillas laterales entre los contrafuertes comunicadas entre sí, a modo de pequeñas naves laterales, crucero cupulado no marcado en planta y cabecera recta.
El interior, de gran amplitud y con un coro bajo a los pies, se ve enriquecido por la decoración mural de las bóvedas de cañón con lunetos que cubren las naves y la cúpula del crucero, traducida al exterior en un cimborrio con falsa linterna.
Esta decoración en clave barroca presenta motivos vegetales, figurativos y arquitectónicos, siguiendo la tendencia marcada por los «quadratturisti» italianos del siglo XVII.
El conjunto de pintura mural de esta iglesia, datado entre 1705 y 1708, se atribuye a Francisco del Plano y su taller.