Por último en 1964 se convirtió en la parroquia de San Vicente Ferrer.
Entre las obras que se realizaron a lo largo de este siglo cabe destacar la ampliación de la Capilla del Roser (dedicada a la Virgen del Rosario, debido a la devoción de los dominicos por la oración del Santo Rosario), que inicialmente debía tener el mismo tamaño que el resto de capillas laterales.
Además presenta frescos en su cubierta, con obras del pintor Eugenio Guillo; datados entre 1703 y 1704.
En esta capilla se mantuvo escondida la imagen de la Virgen de Lidón durante la guerra civil, este hecho se recuerda con una placa cerámica.
[4] La última intervención la sufrió en el año 2007, cuando se realizaron trabajos de restauración que permitieron la recuperación de frescos y pinturas murales que presidían algunas capillas, como la dedicada al Sagrado Corazón de Jesús y a la Santa María Magdalena.