Iglesia de Santa María de Tina

Se trata en esencia de una construcción sencilla y de factura algo tosca, construida en mampostería, sillarejo y sillar, cuyos restos más antiguos preservados se remontarían a finales del siglo XIII, adscribiéndose a una traza tardo-románica.

Se ha venido considerando a esta iglesia como un monasterio, poniéndose también a la misma en relación con eremitas, sin que las excavaciones arqueológicas hayan aportado al respecto información concluyente, al no haber sido posible localizar lugares de habitación.

Según el profesor Fernández Conde, el muro antiguo, perteneciente a la primitiva construcción, sería de mampostería, hecho a base de piedras muy poco trabajadas, aglutinadas con cal y arena.

Del primitivo templo que se menciona en el siglo X no quedan restos en pie.

También de traza medieval, pero sin duda de alguna reforma llevada a cabo en el templo en época gótica, se conserva la portada occidental, consistente en un arco apuntado sobre impostas sencillas molduradas, que se corresponde al interior con un arco rebajado.

En el imafronte sobresalen varios canes que testimonian la existencia de un pórtico perdido.

Los tres ábsides conservan tanto los arcos triunfales de ingreso como el abovedamiento románico; al ábside principal se accede mediante un arco triunfal de rosca apuntada con guardapolvo en nacela que apoya en jambas.

Estas presentan el borde exterior en chaflán y varios huecos en la cara interior, donde seguramente se encajaría algún cancel para separar la capilla de la nave.

La cabecera tripartita no se corresponde con tres naves sino con una sola, dividida en dos tramos mediante un arco fajón, que descansa en pilastras coronadas por impostas prismáticas que se continúan en los muros de la nave.

Iglesia. Lateral sur.
Iglesia. Arco triunfal y cabecera
Iglesia. Ábsides.