La de los pies es más sencilla, con tres arquivoltas y casi sin ornamentación escultórica.
El mismo tipo de molduración aparece en el arco que se abre a la cabecera.
La torre, situada junto a la cabecera, por el lado de la Epístola, arranca con un cuerpo prismático del siglo XVI, dividido en dos secciones.
Consiste este en un cuerpo octogonal, articulado por pilastras jónicas ejecutadas con sillería escodada, entre las que se abren medios puntos para las campanas, rematados por frontones triangulares y curvos alternadamente y, sobre ellos, óculos, rematándose con un entablamento completo.
Ochandátegui construyó también la lonja o atrio que cierra la iglesia hacia la calle Mayor.
Está formada por pilares cajeados rematados en florones unidos por rejas de hierro.
Presenta una gran riqueza escultórica aunque en un avanzado estado de deterioro, que impide reconocer bien los temas representados.
En las claves se distinguen del exterior al interior el Agnus Dei, Dios Padre bendiciendo, un ángel sobre una nube y una cabeza sobre una media luna.
Los cimacios están decorados con motivos vegetales y los capiteles, muy perdidos, presentan escenas figuradas.
En el muro opuesto, otra magnífica imagen gótica del siglo XIV, de estilo similar, representa a san Bartolomé.
Excelente es también el tratamiento dado al rostro con cejas arqueadas, ojos almendrados y boca entreabierta.
La barba, separada del cuello, está tratada con gran detallismo y formada por trazos sinuosos.
Estos tableros ocultan sendos armarios relicarios a cada lado, que se abren para su veneración el día de Todos los Santos.