[5] El igualitarismo es un conjunto de teorías principalmente discutido en la filosofía política que considera que todos los ciudadanos, por cuanto tienen el mismo valor intrínseco, deberían sean tratados y respetados por iguales.
[6] Los igualitaristas buscan no sólo la distribución bruta del poder y los recursos de forma equitativa, sino también en perseguir tal igualdad a través de influir en los diferentes procesos y formas de relacionamiento que emplean los ciudadanos entre sí y frente a otros agentes relevantes, como sus representantes o grupos de interés.
[7] Para el igualitarismo político, la igualdad política sólo se logra cuando las normas, reglas y procedimientos que gobiernan la comunidad brindan la misma consideración a todos.
[8] Autores en esta línea, como Robert Dahl, consideran que el ideal de democracia supone a la igualdad política como deseable, por cuanto es éste el principio que debería guiar todo procedimiento democrático,[9] pues ambos, igualdad política y democracia, se apoyan en el valor intrínseco de cada persona (que él llama igualdad intrínseca) y en los ánimos de contrarrestar la tendencia del poder centralizado a la corrupción.
[11] Las constituciones adecuadamente diseñadas, por ejemplo, pueden contribuir a proteger los derechos políticos de distintas poblaciones en democracias ya funcionales.