Sin embargo, esto ha ido cambiando con el Revisionismo histórico y el comprenderse de mejor manera a la cultura católica (siendo estudiado más seriamente su idiosincrasia, metodologías y dinámicas), así como por hacerse más notorio que las críticas protestantes, como las de Friedrich Nicolai, tenían un sesgo Anticatólico premeditado.
Era una corriente filosófica que buscaba conciliar las ideas nuevas del Parti philosophique francés con la herencia religiosa de sus países católicos.
[1] Se distinguieron de la filosofía católica ortodoxa (el Tomismo) por haber adoptado ideas condenadas por la iglesia, como el galicanismo, el jansenismo y el regalismo; las cuales los ilustrados católicos hacían pasarlas como si fueran escolásticas (o ellos mismos poseían una confusión doctrinal que les hacía estar convencidos de que eran correctas).
[3] Durante el Siglo XVIII, fueron la corriente cultural más influyente entre varias monarquías católicas que practicaron el Despotismo ilustrado.
A su vez, documentos Reaccionarios como el Manifiesto de los Persas les criticarían a nivel político por no haber captado realmente la "Constitución Medieval" y que con la Constitución de Cádiz solo habrían deformado instituciones tradicionales (como las Cortes o las Leyes Fundamentales del Reino) con las innovaciones Contractualistas del liberalismo que enajenaban al orden social cristiano.