La obra está atribuida a Nicola Fumo,[4] lo que permite fechar la talla en el primer tercio del siglo xviii, concretamente hacia 1704, año en que consta su donación, y, con toda seguridad, antes de 1725, año de la muerte del escultor.
[5] La talla, realizada en madera policromada y de bulto redondo, se encuadra en el estilo barroco aunque se pueden apreciar en ella elementos que presagian ya el rococó, tendencia surgida en Francia y predominante a mediados y finales del siglo xviii, época coincidente con la madurez artística de Acosta, en cuya escuela se encuadra a veces la pieza pese a la casi segura autoría de Fumo.
El cabello, semirecogido en un peinado de estilo dieciochesco, presenta notables ondulaciones y resulta apenas visible debido a que el mismo cae en gran medida sobre la espalda, mostrando tímidamente unos mechones a la altura de los hombros.
Los brazos están flexionados y las manos juntas en actitud orante, aunque ambas no llegan a tocarse.
La Virgen, escasamente trabajada en la parte posterior, viste una túnica blanca decorada con motivos florales y cubierta toda ella por unos profundos pliegues tan delgados que en los mismos se puede ver reflejada la conocida como técnica de paños mojados, sobre todo en los pliegues rugosos de la base, en los que se aprecia cierto acartonado.