[2][3] Este proceso recibe su nombre del descubridor Cristóbal Colón y se relaciona con la colonización europea y el comercio mundial que siguió a su viaje de 1492.
Los esclavos africanos y los colonos europeos sustituyeron a las poblaciones indígenas en toda América.
La plata producida en el continente americano inundó el mundo y se convirtió en el metal estándar utilizado en la acuñación de monedas, especialmente en la China Imperial.
Varias plantas nativas del continente americano se han extendido por todo el mundo, incluidas la papa, el maíz, el tomate y el tabaco.
[11] El maíz y la yuca, introducidos por los portugueses de América del Sur en el siglo XVI,[12] han reemplazado al sorgo y el mijo como los cultivos alimentarios más importantes de África.
[14] A una escala mayor, la llegada de las patatas y del maíz al Viejo Mundo «resultó en mejoras calóricas y nutricionales sobre los alimentos básicos previamente existentes» en toda la masa continental euroasiática,[15] ya que crearon una alimentación más variada y abundante.
[46][47] El intercambio colombino de enfermedades en la otra dirección fue mucho más mortífero.
Antes de 1492, los indígenas del continente no habían estado expuestos a ninguna de las enfermedades infecciosas agudas que durante mucho tiempo habían asolado a la mayor parte de Eurasia y África: sarampión, viruela, varicela, paperas, hepatitis, influenza, tifus, tos ferina, resfriado común, peste negra, cólera, difteria, disentería, encefalitis, pneumonía, meningitis, fiebre escarlata, malaria y fiebre amarilla, entre otras,[11]y tenían poca o ninguna inmunidad contra ellas.
[54] Se calcula que entre el 80% y el 95% de la población indígena murió en epidemias en los primeros 100-150 años posteriores a 1492.
Las enfermedades más mortíferas del Viejo Mundo en América fueron la viruela, el sarampión, la tos ferina, la varicela, la peste bubónica, el tifus y la malaria.