La técnica fue desarrollada en 2002, fruto del estudio de la morfología espermática a 6000 aumentos: primero los autores observaron los espermatozoides a mayor aumento (técnica MSOME), vieron cómo muchos de ellos tenían alteraciones imperceptibles a menos aumentos y luego aprovecharon la tecnología usada para seleccionar los espermatozoides con mejor morfología para inseminar.
Este proceso se lleva a cabo justo antes de realizar la IMSI.
Seguidamente el biólogo lleva a cabo la inyección intracitoplasmática de espermatozoides morfológicamente seleccionados.
Mantiene el óvulo en una pipeta especial, y luego utiliza la aguja para empujar el espermatozoide a través de la capa exterior del ovocito con el fin de introducirlo en el citoplasma (zona interior) del ovocito.
Tampoco existen consecuencias adversas en el desarrollo posterior de los embriones y del feto.