También fue una de las personalidades más visibles del occitanismo político y cultural.
En el ámbito político, fue un defensor de la lengua y las costumbres occitanas.
Como traductor, ha abordado la obra de Paul Valery o Jean Giono.
Ganó el Premio Pau Froment en 1975 por el ensayo Los carbonièrs de la Sala.
El museo Fleury de Lodève realizó una exposición retrospectiva en 2003 por su quincuagésimo aniversario poético.