Inició sus estudios con los padres franciscanos del convento de Monterrey, y fue enviado más tarde a San Miguel el Grande, al Colegio de San Felipe Neri, donde estudió retórica y filosofía.
Allí contrajo matrimonio con doña María Purificación Ignacia de la Peña y Domínguez.
En 1818 volvió a Monterrey, y al año siguiente sirvió el oficio de regidor del ayuntamiento.
A la creación del estado de Nuevo León en ese mismo año, Treviño y Gutiérrez ocupó la presidencia del Supremo Tribunal de Justicia, hasta su muerte.
Como jurista sostuvo polémicas con el doctor José Francisco Arroyo, entonces presidente del Congreso Local.