En esta etapa se reafirmó su interés por la difícil situación de los niños expósitos en Guipúzcoa.
[5] Retornó a San Sebastián[6] y en 1945 comenzó colaborando con su padre en la Casa Cuna de Fraisoro y en la Seguridad Social como pediatra interino del área de San Sebastián.
Los primeros años comenzó trabajando solo y en 1973 fue nombrado como el primer jefe del servicio de pediatría .
[16] Añadido a esto, ingresaban unos 2000 niños al año con otros problemas no relacionados con el alumbramiento.
José Antonio no fue un hombre dado a las apariciones públicas ni se prodigó en las publicaciones pero dejó un legado por su trabajo que se vio truncado a los 62 años con la pérdida de la salud.
En 1986 el que fuera presidente de la Diputación Xabier Aizarna le entregó en la Casa Cuna una placa conmemorativa en reconocimiento a su trabajo.
Es destacable no solo la eficacia de estos centros en su doble faceta clínica y docente sino también por ser un modelo pionero en su época.
Fue una colaboración valiosa ya que en esa época el material era muy limitado y precario debido al bloqueo existente en España.