Como su hermano mayor, Fernando, se inició en el taller de platería paterno.
A los dieciséis años su padre lo envió a Madrid para que se perfeccionase en el dibujo y en el manejo del buril en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Es la escena representada en el reverso de la medalla, de la que hay ejemplar en el Museo del Prado, con el príncipe en el centro y de espaladas, y los reyes a sus lados tomándole las manos, los tres arrodillados ante el monumento funerario del santo rey.
Es suyo también el grabado en talla dulce del plano topográfico de Sevilla, abierto en 1771 por encargo del asistente Pablo de Olavide y por dibujo de Francisco Manuel Coelho, en el que firmaba como premiado por la Real Academia.
[8] Los últimos datos de sus actividad llegan a 1809, aunque se ignora si falleció en esa fecha.