José García Mercadal

En 1916 se trasladó a Madrid y allí terminó por instalarse definitivamente, aunque eso no entibió sino que acrecentó su acendrado aragonesismo.

En 1935 obtuvo el Premio Nacional de Literatura por su Historia del Romanticismo en España.

Durante la Guerra Civil regresó a Zaragoza y colaboró con la edición sevillana de ABC, escribiendo varias crónicas sobre la contienda en que apoyaba explícitamente al bando nacional, una vez desengañado de la II República, a la que había apoyado al principio firmando con su hermano Fernando el célebre Manifiesto encabezado por José Ortega y Gasset.

Al año siguiente publicará su primera novela, El viajero del siete, editada en Madrid en una popular colección de relatos breves.

Para la Editorial Aguilar preparó tres volúmenes de Viajes de extranjeros por España y Portugal (1952-1962), obra muy cotizada entre los bibliófilos que continuaba su España vista por los extranjeros, impresa entre 1919 y 1921, pues es preciso subrayar que Mercadal fue un incansable viajero y, antes de divulgar los periplos ajenos, había dado a conocer los propios: Del llano a las cumbres (1926), Entre Tajo y Miño (1927) En zig-zag.

Imposible es resumir aquí todo el caudal de su enorme producción literaria; Juan Domínguez Lasierra, su mejor biógrafo, recuerda que Mercadal aparece como editor, prologuista o traductor en más de trescientas títulos, y todavía quedan muchos inéditos.

Deseoso de vindicar la labor colonial de España en América, escribió sobre ello un documentado ensayo, Lo que España llevó a América (1959) y documentó la picaresca de la vida estudiantil en el Siglo de Oro en su Estudiantes, sopistas y pícaros (1934), libro muy erudito, curioso e interesante por todos los conceptos, que tuvo una segunda edición.

Una obra de Pio Baroja en la colección La Novela Mundial.