Resultó ser culpable de crímenes de lesa humanidad por lo que fue condenado a prisión perpetua y a destitución de su grado militar del Servicio Penitenciario Federal.
El Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Posadas determinó que Gómez fue autor de tormentos agravados en 18 casos y Cuenca en otros 11, cometidos contra:[5] Todas estas personas fueron secuestradas y luego trasladadas a distintos centros clandestinos de detención.
Luego fueron alojadas en la Unidad 17 «Candelaria» del Servicio Penitenciario Federal, en calidad de presos políticos a partir del mes de octubre del año 1976.
En dicha unidad penal, Gómez y Cuenca ―oficiales penitenciarios encargados de su custodia― los sometieron en forma constante y sistemática a tormentos o martirios de diversa índole, que les provocaron grandes secuelas tanto físicas como psíquicas.
[6] El represor José María Cuenca aparece nombrado en el libro Nunca más como: Nunca más, informe final de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas, o simplemente Nunca más, es un libro que recoge (y adapta el formato) el informe emitido por la CONADEP respecto a las desapariciones ocurridas en la Argentina durante el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional (1976-1983).