José María García-Blanco

En el campo académico, fue coetáneo de otros catedráticos e investigadores como Severo Ochoa, Francisco Grande Covián, Albert Folch i Pi, José Puche Álvarez, Rafael Méndez Martínez, José María García-Valdecasas Santamaría o José Rodríguez Delgado, y desde 1927 que obtuvo la cátedra hasta 1936, formó con ellos parte del grupo de docentes y científicos que liderados por Juan Negrín, pusieron a la Fisiología española en lo más alto de la investigación internacional de la época.

Algunos de estos fueron Santiago Grisolía, Ana María Pascual-Leone, Alberto Sols, José Viña Giner.

Su padre era Ingeniero de Montes y aunque tuvo algunos primeros destinos en la España meridional, pronto instaló la residencia familiar en Madrid, donde José María estudió el Bachillerato (en el Instituto Cardenal Cisneros[3]​) y la carrera de Medicina.

[nota 2]​ Desde septiembre de 1922 y durante casi todo 1923, se va con sus propios recursos a Alemania, al Instituto de Química Fisiológica de Friburgo, donde con el profesor Franz Knoop[nota 3]​ fue primero alumno (coincidiendo con el también estudiante y futuro Nobel Hans Adolf Krebs) y colaborador-investigador después.

[16]​ Sin embargo, aún hay que mencionar un último viaje de García-Blanco importante en su formación científica, ya que en junio de ese año vuelve a solicitar una pensión a la JAE para estudiar un año en la Cornell University con el profesor Graham Lusk, que se le concede en septiembre.

A primeros de octubre marcha a Nueva York, donde se integra en el Instituto Rockefeler, en el laboratorio del profesor Phoebus A. T. Levene,[nota 9]​ y trabajó junto al doctor Albert L.

[39]​ Al haber pasado la guerra en zona republicana, se le abre automáticamente un expediente de depuración que supera sin inhabilitación al no tener implicaciones políticas[nota 24]​ Durante los dos cursos que García-Blanco permaneció en Salamanca (de 1939 a 1941) y dentro de las limitaciones materiales y académicas en que estaba sumido el país, continuó con sus investigaciones en colaboración en este caso con F. Rodeles y J. M.

Pascual-Leone, V. Roger, F. Royo Minué, M. Solsona, V. Vento o José Viña Giner.

Desde 1946 estaba colegiado como médico en Valencia y recibía en una pequeña consulta instalada en su domicilio de Gran Vía Marqués del Turia, le gustaba ir a la playa con su familia, al teatro o al cine, pero nunca participó de las reuniones sociales de la alta sociedad valenciana a la que se supone pertenecía.

Los que le conocieron lo definían como un hombre elegante en el trato, de estilo decimonónico, rabiosamente liberal en lo intelectual y poco amigo de halagos o convencionalismos sociales, pero sobre todo, escrupulosamente respetuoso con sus discípulos, amigos o colegas.

[57]​ Dos años después de su muerte, se creó la Fundación García-Blanco y la Medalla García-Blanco con el fin de estimular a los jóvenes investigadores a estudiar en el extranjero.

[nota 34]​ En 1981 la fundación concede la primera medalla a Guillermo Sáez Tormo[60]​ y en 2015 la número 35 a Maider Ibarrola Villava[61]​ Ver el Anexo: José María García-Blanco: Artículos científicos y colaboradores

Universidad de Múnich, principio de siglo
Antigua Universidad. Heidelberg. 1900
Instituto Rockefeller, Nueva York, 1912
Reseña de junio de 1928
Estatuto gallego 1932.
En Mondariz (de pie, centro), con su familia política los Peinador. 1933
Con su mujer e hijos en torno a 1952
Alfonso X el Sabio (1967)