José María Pérez Carasa

Además de su cargo como arquitecto municipal se prodigó con encargos para viviendas particulares e incluso en el diseño y restauración de templos religiosos.

Su primer encargo fue junto a Gonzalo Aguado el Cuarto trozo del camino alto de la Cinta (1914) dejando por última vez su impronta en la ciudad en 1934 con la conclusión del Instituto La Rábida.

Dos de sus primeras obras civiles en la ciudad fueron un conjunto de edificios casi colindantes entre sí como La Casa del Millón, proyectado junto a Gonzalo Aguado en 1916.

A metros de ella se sitúa el Palacete de Mora Claros —de finales del siglo XIX, junto a Moisés Serrano— con marcado carácter historicista o neoclásico y muy sobrio en el interior pero con diferentes elementos modernistas en el interior.

Carasa diseñó un edificio modernista en el que destaca su castillete de coronación.

[9]​ Pero en este sentido su obra más renombrada es el Instituto de Enseñanza La Rábida, levantado entre los años 1926 y 1934, con su estilo historicista;[10]​ el arquitecto diseñó este edificio de gran tradición docente en la ciudad junto con la creación del plan de ensanche para toda la zona donde se encuentra el edificio.

Casa en el Barrio Reina Victoria . Junto con Gonzalo Aguado este grupo de viviendas fue uno de los trabajos más reconocidos de Carasa.
Uno de los escasos ejemplos de arquitectura religiosa de Carasa: la Iglesia de la Milagrosa.
Antiguo comercial, donde conjuga diferentes elementos de estilo neomudéjar.