[1] Hijo de un oficial de la Guardia Civil, se trasladó en su adolescencia a Madrid para cursar estudios en el Colegio Infanta María Teresa del instituto armado, donde formó parte de su cuadro artístico.
Su primer contacto con el mundo del cine se produjo a mediados de la década de 1930 con dos papeles secundarios en sendas adaptaciones de obras de Carlos Arniches para el cine: en 1934 Es mi hombre, dirigida por Benito Perojo, y en 1935 intervino también como actor de reparto en la película Don Quintín, el amargao, dirigida por Luis Buñuel y Luis Marquina.
Tras la finalización de la Guerra Civil y durante toda la década de 1940 se centró en su vocación teatral, fundó su propia compañía y trabajó con las de Rafael López Somoza y Carlos Garriga, con las que estrenó obras de su autoría, así como otras escritas en colaboración con Luis Tejedor y José Alfayate.
En 1955 intervino en Marcelino pan y vino y durante los siguientes quince años se convirtió en un secundario habitual en las producciones cinematográficas españolas, hasta sumar un centenar de películas.
Su relieve artístico, su bien ganada fama de excelente actor, tanto en España, como en América, fue merecedora de la mención que publicó «Información» en los titulares de la noticia: «Desaparece una gloriosa figura del teatro y el cine».