Cabo de la Guardia Civil, murió en un enfrentamiento con los huelguistas durante los llamados sucesos de Gilena.
Al ser trasladados al cuartel, los detenidos agredieron y desarmaron a los guardias que los conducían.
El cabo Regidor Sanguino recibió heridas con una aguja de coser esparto y tras perder el arma, recibió un disparo con su propio fusil.
En la agresión también resultaron heridos por arma de fuego los guardias Julián Barbero y Ángel Contreras.
Entre los huelguistas hubo cuatro muertos y varios heridos.