El leopardo de las nieves simbolizó, en la séptima edición del evento, los valores del movimiento olímpico moderno: fuerza, valentía, resistencia y nobleza.
Tiene proporciones anatómicas del cuerpo infantil: cabeza grande, una gran sonrisa, ojos mirando al espectador y su nombre suena como de un niño despertando la franqueza y la simpatía de la audiencia.
El reverso de la medalla lleva la inscripción "7th Asian Winter Games".
[3] La inversión realizada en la infraestructura deportiva provino del estado, con excepción de la Villa Olímpica la cual fue financiada por inversores privados.
[12] Además entre las infraestructuras desarrolladas para los juegos se incluyó un aeropuerto internacional, capaz de manejar dos millones de pasajeros al año.
[12] Como Kazajistán no tiene experiencia en realizar un evento similar, la ceremonia se concedió a una organización internacional conformada por miembros rusos, ingleses, especialistas de Australia y bajo la dirección de Igor Krutoi.
Para el evento, el campo estará cubierto con un material plástico especial y por sus propios sistemas de calefacción mantendrá la temperatura en el interior entre 10-12 grados celsius en el momento de la ceremonia.