[6] Esta educación dejó una huella en Wernicke: durante toda su carrera, se abocó casi exclusivamente a la pintura animalista, una elección inusual para una mujer.
[9] Hoy el público no puede ver Toros en el museo y ella tampoco está incluida en su catálogo razonado, como sí lo están otras artistas que llevan décadas fuera de exhibición.
Desde su adquisición hasta que la pintura fue retirada para ser guardada en el depósito (aproximadamente en 1950), ocupó un lugar preeminente, junto a otros cuadros considerados ahora obras maestras del arte nacional.
[12] Con la artista Catalina Mórtola de Bianchi, abarcaron los procedimientos técnicos más variados: el aguafuerte, la xilografía, el aguatinta, el barniz blando, la aguada, la punta seca, la monocopia, la litografía.
[7] En 1904 presentó sus obras en la exposición internacional de San Luis (Misuri), donde fueron premiados, entre otros, el pintor Eduardo Sívori (1847-1918), el escultor Lucio Correa Morales (1852-1923) y ella.
[12][16] Pero esta novedad no fue comprendida en el medio porteño[17] y la artista, desengañada, emigró del país para vivir durante treinta años en el ambiente cultural alemán.