Se conoce con este nombre a la Junta nombrada luego de la caída del director supremo Carlos María de Alvear, en 1815, y que designó como sucesor a José Rondeau.
Para no establecer un nuevo poder centralista (que fuera resistido por las provincias del interior), en sesión secreta se designó el 19 de abril a tres electores para que eligieran al sucesor de Alvear.
El Estatuto fue entregado por Esteban Gascón (elegido presidente de esa Junta) al Director Suplente Álvarez Thomas, quien lo aprobó y lo envió a las provincias.
Casi nada de este Estatuto se puso en práctica, excepto lo referido a la formación del Congreso.
Luego de un breve debate, el Congreso acordó dar una contestación a la Junta.