Juzgado Casero

En el volumen conservado faltan las páginas 1-40, que serían las de ese número cero, y 73-104, correspondientes a la segunda censura.

En ellas ataca los vicios y malas costumbres, tanto en la vida cotidiana como en la práctica teatral, desde un punto de vista moralizante y tradicional, en contraste con el enfoque más moderno que se encuentra en el Memorial Literario.

[6]​ El número de introducción estaba dedicado, según el mismo Memorial Literario, a combatir la corrupción del teatro, adoptando una perspectiva ilustrada, pues considera que los autores dramáticos son demasiado condescendientes con las exigencias de las compañías, que buscan solo «merecer los aplausos del vulgo ignorante» sin que importe la calidad de la obra puesta en escena.

[9]​[d]​ La segunda censura, no conservada, criticaba los bailes caseros, según dice la reseña en el Memorial Literario.

Por el lado del público, a estas actrices que entre bastidores hacían gestos y dengues a los espectadores les correspondía una parte de ellos, que acudían solo para verlas y se desentendían de la función.

Actúa, pues, como intermediario entre el Madrid viciado de la época y la incontaminada villa manchega.

Sirven de fondo apropiado para el único personaje importante, el compadre Curro, cuyas opiniones reflejan las del verdadero responsable del periódico y que después participará en la larga serie de polémicas y escritos satíricos que generó aquel.