Al año siguiente la imprenta fue destruida y el padre sólo pudo encontrar trabajo en una empresa metalúrgica.
[1] En los años sesenta se apasiona por la poesía francesa y descubre la música occidental, en especial a Billie Holiday.
Sus canciones, llenas de ironía, escepticismo sarcástico y poética, continuaron teniendo una enorme difusión a escondidas en Checoslovaquia, hasta convertirlo en un auténtico icono anticomunista .
Regresó en noviembre de 1989 durante la llamada revolución de terciopelo, si bien se mostró muy crítico tanto con la forma en la que se había llevado a cabo la revolución hacia el capitalismo feroz[4] como, especialmente, con la separación entre Eslovaquia y la república Checa.
Tras su muerte se le concedió la orden del león Blanco, la más alta condecoración de la República Checa.