[1] Su hallazgo se confirmó en 2014, después de que el Telescopio Espacial Kepler detectase varios tránsitos del objeto frente a su estrella.
[2] Su metalicidad (-0,777) es muy inferior a la del Sol, lo que parece indicar una escasez de elementos pesados ocho veces menor a la del Sol (es decir, todos excepto el hidrógeno y el helio).
Por tanto, es probable que tenga un hemisferio diurno y otro nocturno.
[1] Aunque Kepler-104 es una enana amarilla de tipo G, Kepler-104d completa una órbita en torno a ella casi cada cincuenta y dos días.
Sin embargo, si resulta ser un planeta terrestre, es probable que por la proximidad respecto a su estrella, la consecuente pérdida de agua, el anclaje por marea y la mayor actividad volcánica —a consecuencia de su masa y ubicación en el sistema—; sufra un efecto invernadero descontrolado que aumente significativamente sus temperaturas.