Fue publicado en 1990 por la editorial Seix Barral y ha sido traducido a varios idiomas: italiano, francés, polaco, rumano y portugués.
[1][2][3] El título hace referencia al componente de ficción que existe en la literatura.
Según Vargas Llosa, las novelas se escriben para ofrecer a los lectores unas historias a las que no pueden tener acceso en el mundo real.
La novela no cuenta la vida, sino que la altera, la transforma y le añade los sueños, las inquietudes y las tergiversaciones que surgen de la imaginación del narrador.
Por lo tanto, las mentiras que relatan las novelas sirven para completar eficazmente las limitaciones y frustraciones de la vida real.